Cada
2 de Octubre, la Comunidad Azul celebra a Emilia de Villeneuve, en el
día de su Pascua. Fundadora de la Congregación de la Inmaculada
Concecpción de Castres, o como la conocemos históricamente: la
Congregación de las Hermanas Azules.
En
nuestro país, la presencia de las Azules, data de la década del
cincuenta y se concreta territorialmente en 1957, en su expresión más
conocida hasta el día de hoy: el Colegio y Liceo Notre Dame.
Emilia
nació en el seno de una familia de la nobleza, en Castres (Francia),
donde su padre era Alcalde. Las luces de una vida acomodada nunca la
encandilaron y desde muy joven presentó una firme vocación de servicio a
quienes más lo necesitaban. La historia nos relata que fue en uno de
los jardines del castillo en donde vivía y sentada a una mesa de piedra,
donde le comunicó a su padre que abandonaba el hogar familiar para
dedicar su vida al servicio de Dios y los más pobres. Abandonó las
comodidades de su familia para comenzar una vida en comunidad con otras
compañeras de camino y para dedicarse a servir a las personas que
necesitaban hogar, esperanza, alimentos, afecto y compañía.
Esos
pobres del 1800, hoy encuentran una traducción contemporánea en los
vulnerados y vulneradas de este siglo XXI. En un tiempo en donde los
seres humanos hemos llegado a la luna, descifrado el genoma humano y
clonado vida; todavía siguen habiendo personas que sufren hambre, frío,
enfermedades, pobreza que lastima, odio, desempleo...los "pobres" de
este siglo XXI.
Emilia
dejó un legado de entrega y servicio comprometido en la construcción
del Reino... y comprometido en serio... tanto que le costó la vida. En
plena epidemia de cólera, en el año 1854, encontró su Pascua...
contagiándose de los enfermos a los que ayudaba a sobrellevar la
enfermedad y a quienes había abierto la puerta de la casa de las
hermanas, cuando muchas otras se cerraban por temor al contagio.
Una
vida de entrega al servicio de los demás y que plantó una semilla azul
en el corazón de sus hermanas y de quienes formamos la Comunidad Azul en
todo el mundo; Europa, África, América y Asia son testigos de la vida y
obra de las comunidades azules que siguen el ejemplo de Emilia, hoy
reconocida por nuestra Iglesia como Santa Emilia de Villeneuve.
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| Sepultura de Emilia |
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