Nuestro
país cuenta con una larga tradición en cuanto a inclusión educativa.
Varela ya se había preocupado por superar las concepciones elitistas
heredadas desde la época de la Colonia, promoviendo una Escuela Pública
abierta a toda la población.
El
surgimiento de los liceos (a impulsos de una fuerte corriente
influenciada por la academia francesa) estuvo asociado al tránsito hacia
la Universidad, y los comienzos de la Escuela de Artes y Oficios, al
mundo del trabajo. Así, se comenzó a instalar un lamentable imaginario,
donde quienes eran "inteligentes" o de familias pudientes ingresaban al
Liceo, y quienes no lo eran tanto o provenían de familias menos
pudientes, iban a la vieja Escuela Industrial.
El
Liceo quedó confinado a un sector de la población y la actual UTU a
otro... y además con un número significativo de niños y niñas que
interrumpían su trayectoria educativa una vez terminada la Escuela
Primaria.
El
proceso de superación de estos viejos paradigmas ha sido lento y
podríamos decir que aún hoy transitamos un tiempo de cambios y de
instalación de nuevas concepciones. Un cambio importante que se viene
operando es el de la universalización de la Educación Media y Media
Superior, más recientemente. Estas decisiones político-estratégicas
deben implementarse en la práctica tomando en cuenta diferentes
dimensiones: más centros educativos, más docentes, más formación,
revisión de programas, nuevas metodologías, etc, etc.
A
partir de algunas de esas decisiones, TODOS Y TODAS tenemos la
oportunidad de asistir a un centro educativo de Enseñanza Media, y de
que se tengan en cuenta nuestras características particulares para
asegurar nuestros procesos de aprendizaje.
En
Enseñanza Secundaria, uno de los mecanismos construidos para ello es el
de las Adecuaciones Curriculares, definidas como las "modificaciones de los distintos elementos del currículo, que se realizan desde la programación en objetivos, contenidos, metodología, actividades, criterios y procedimientos de evaluación para atender a las diferencias individuales (Blanco, R. y otros. 1996; citado en la Guía de Adecuaciones Curriculares del Consejo de Educación Secundaria).
Los
equipos docentes tenemos la responsabilidad de implementar las
adecuaciones curriculares, para asegurar que los y las adolescentes
aprendan en función de sus posibilidades y características
particulares.
Tradicionalmente
asociábamos las A.C. con estudiantes que presentan dificultades
específicas o un trastorno del desarrollo; pero las A.C. también se
aplican a estudiantes que solamente tienen una manera diferente de
aprender.
Es
un desafío para los docentes, interpretar y decodificar esa forma
particular en la que aprende cada estudiante, y así poder aplicar las
artes y metodologías necesarias para asegurar su tránsito exitoso por el
sistema educaivo. Este desafío nos interpela, ya que pasamos de un
paradigma donde la educación estaba orientada a algunas personas con
determinadas características, a otro donde nuestra misión es lograr que
TODOS Y TODAS, aprendan. En eso estamos.